Protección Solar; todo lo que debes saber.

Y ya de nuevo en la época del año favorita para casi la mayoría: el verano. A pesar de que muchos/as de vosotros sois conscientes y adherentes en el uso del fotoprotector todo el año, ¡y menos mal! Ya que esto nos proporciona una satisfacción extra el ver que todas las recomendaciones que os damos surten efecto.

Pero, si es cierto que llegada esta época son muchas las consultas sobre qué fotoprotector debéis de usar. Sobre todo consultas iniciales para vuestros hijos, que con sus actividades o campamentos de verano son casi siempre los que más expuestos están. Las mayores dudas que os suelen surgir son "si os sirve el del año pasado", "cómo interpretar la etiqueta en el bote de fotoprotector", "si tenemos aquella textura en protector solar que probasteis el año pasado que tanto os gusto"…

Afortunadamente, cada vez hay más estudios, más investigación sobre dérmocosmetica y asimismo existe más afluencia a la farmacia para consultarnos sobre qué producto aplicar con ese nuevo tratamiento que has empezado este año, a fin de evitar alergias o esas temibles manchas.

Sabemos que nuestros consejos son importantes para vosotros y que muchas de nuestras recomendaciones os son muy valiosas. Pues bien, contaros que esto no es tan difícil como parece y que teniendo claro cuatro conceptos, vosotros mismos podréis escoger la mejor protección para vuestra familia o para vosotros en caso de no tener cerca a vuestra “farmacéutica de confianza”.

Para empezar, queremos aclararte una vez más la diferencia entre las radiaciones UVA y UVB1.

  1. Las primeras son las que penetran más en vuestra piel, las responsables del envejecimiento y la placidez. Además de provocar la aparición de muchos melanomas (cánceres de piel más agresivos).
  2. Las segundas son las que cuando nos quemamos, solo se quedan en la superficie. Sea cual sea, tenemos que tener claro, en especial si tenemos menores en casa, que lo que hay que evitar por encima de todo son las quemaduras. Y esto si lo queremos recalcar, estar morena a costa de quemarnos no es saludable. Esa quemadura es un boleto con muchas probabilidades de causarnos un cáncer en la edad adulta. Hoy en día tenemos muchas texturas para elegir, varios tipos y seguro que encontraremos el que perfecto para nosotros. 

 

¿Qué nos podemos encontrar en una etiqueta de nuestro fotoprotector?:

  • SPF o FPS (es cuestión de nomenclaturas), nos indica el nivel de protección frente a los UVB.
  • El UVA rodeado de un círculo: corresponde a la radiación ultravioleta A, que si no nos indica nada más será de al menos 1/3 del UVB.
  • PPI o PA: se trata de la capacidad de la radiación A en un cosmético. Suele acompañarse de cruces. Con lo cual a mayor número de cruces más protección frente a losUVA.
  • Water resistan: nos indica que nuestro solar mantiene el factor de protección en la piel tras 2 inmersiones de 20 minutos
  • Waterproof: ídem pero 4 inmersiones de 20 minutos.
  • PAO (va acompañado de un bote de crema), nos dirá la vida útil de un producto cosmético desde que abrimos el envase por primera vez.
  • Sweatproof: nos indica que el producto es resistente al sudor
  • Rubproof: nos indica que el producto es resistente a la fricción y al roce.

Luego está el fototipo de piel de cada uno. Del 1 al 7 que será en función del color de nuestra piel, ojos, de cuánto tardan en broncearse esas pieles, de si se queman o no o con qué frecuencia.
Con independencia de nuestro foto-tipo, hay situaciones donde necesariamente debemos de utilizar un factor de protección alto (pacientes como niños, embarazadas y ancianos, pacientes con patologías cutáneas, los que toman medicamentos fotosensibilizantes, poli medicados o hipersensibles al sol). Aquí no hay alternativa siempre recomendaremos la máxima protección tanto facial como corporal.

 

Otra cuestión que es común que os pueda surgir es el tipo de filtros que lleva un fotoprotector. Químicos, orgánicos, minerales…. ¿qué es todo esto?

Los filtros químicos también se conocen como orgánicos. Se absorben totalmente, por lo que uno de sus inconvenientes es que pueden irritar la piel al absorber todas las radiaciones. Pero no te preocupes, cada vez hay más filtros orgánicos de gran tolerancia que se pueden usar en pacientes con problemas de sensibilidad.

Por el contrario, los filtros inorgánicos, los minerales, son los que no absorben las radiaciones y su protección consiste en que reflejan y dispersan las radiaciones, las cuales se quedan en la superficie de la piel. Son fantásticos para pieles reactivas y alérgicas … Con esto conseguiremos que se produzcan menos irritaciones. ¿Inconvenientes? Son más pastosos y más blanquecinos, aunque actualmente existen muchas texturas y algunas con partículas fragmentadas para que estas inconvenientes se minimicen.

Y por último, los híbridos, es decir, mixtos. Actúan con mecanismo de absorción o reflexión, y son una buena elección en muchos casos.


Finalmente, en cuanto a texturas, una manera sencilla de acordarse es:

Pieles normales y secas: textura crema
Piles grasas y mixtas: ultra fluido, emulsión, gel o cremigel.
Pieles pigmentadas: obligatoriamente un fotoprotector con un índice de protección UVA de al menos 35.
Pieles sensibles, cuperosis: minerales con cero alcohol y perfumes.


Pues bien, aquí tienes tu guía, y recuerda: tú te bronceas según tú fototipo de piel, no según el factor SPF que utilices. Este último solo sirve para evitar el quemarte y esto es lo más importante, no juegues a la lotería del melanoma comprando muchos boletos.

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