VUELTA AL COLEGIO : TE HABLAMOS DE LOS PIOJOS
¿ Qué son los piojos ?
Se trata de pequeños insectos ectoparásitos que se alimentan de la sangre humana y que no pueden volar ni saltar (a diferencia de las pulgas) y que se propagan con facilidad a través del contacto personal y cuando se comparten pertenencias entre una persona infestada y otra que no lo está. Se puede tener una higiene personal muy buena y correcta y aun así padecer este problema. En el ser humano podemos encontrar distintos tipos de piojos según la zona en la que aparecen, de los que nos vamos a ocupar hoy será el Pediculus humanus capitis, que se encuentran en el cuero cabelludo. Son fáciles de ver en la nuca y sobre la zona de las orejas, apareciendo en cualquier franja de edad y sexo, aunque son más frecuentes en niños de entre 3 y 10 años.
Su ciclo de vida transcurre íntegramente sobre el huésped, trasladándose de un huésped a otro caminando y pueden pasar desde unos minutos hasta dos días en algún objeto esperando la llegada de otro ser humano para poder parasitarlo. Son de pequeño tamaño cuando son adultos (0,5 a 0,8 mm) de forma alargada, color parduzco y con patas adaptadas para sujetarse con fuerza al cabello humano. Su desarrollo consta de tres fases: huevo o liendre, ninfa y adulto. Las liendres son los huevos que necesitan el calor y el ambiente de la cabeza para llegar a eclosionar, son de forma ovalada y de color entre blanquecino y amarillento que tardan en eclosionar hasta ocho días y que dejan atrás la cáscara externa que permanece firmemente sujeta hasta que es retirada de forma mecánica.
¿ Qué haremos ante la presencia de piojos ?
Lo primero que debemos hacer es cerciorarnos de la presencia de piojos en la cabeza antes de ponernos a tratarlos, ya que sus síntomas picazón, sensación de cosquilleo, heridas o llagas pueden ser comunes a otros problemas (caspa, dermatitis…)
Para asegurarnos de que se trata de estos animalitos debemos utilizar un peine de púas muy cercanas y finas llamado liendrera. Debemos aplicar una ligera humedad, como si se aplicase una colonia, para que no puedan desplazarse con facilidad, colocar una toalla blanca sobre los hombros e ir separando el cabello en mechones con este peine. Se peinará desde la nuca hacia lo alto de la cabeza con cuidado para ver si cae alguno en la toalla o queda enganchado entre las púas. Una vez comprobada la existencia de los parásitos comenzamos a tratarla mediante la aplicación de lociones, champús, espumas pediculicidas sobre cuyo uso podrán asesorarle en farmacias, respetando siempre las indicaciones sobre a qué franja de edad de la persona infestada van dirigidas, la cantidad a aplicar, el modo de aplicación y la frecuencia.
Recuerda qué ...
Un uso inadecuado de estos productos puede dificultar el tratamiento o tener que aplicarlo más veces de las que serían necesarias. A partir de este momento debemos revisar la cabeza de todos los miembros de la familia, eliminar las liendres que hayan podido quedar en el cabello (para evitar que alguna pueda eclosionar por no haber entrado en contacto con el pediculicida), no compartir peine, cepillos, diademas, ropa ni objetos en los que se hayan quedado piojos vivos; para eliminarlos de ellas bastaría lavar las prendas a temperatura superior a 60ºC o, si no resisten esta temperatura, meterlas en una bolsa en el congelador durante un día o dejarlos en una bolsa cerrada unos cuatro días aspirándolas después. Con posterioridad deberían aplicarse productos repelentes para prevenir una nueva infestación.
Conviene recordar que tras la aplicación de los pediculicidas no se debe secar el cabello con secador puesto que podemos eliminar el efecto insecticida residual del producto además de encrespar el cabello.
Esperamos que estas indicaciones os resulten de utilidad y ante cualquier duda, consultad a vuestro farmacéutico.